Deporte vasco
El levantamiento de piedra es, sin duda, uno de los deportes vascos que más asombro causan entre quienes lo descubren por primera vez. Ver a un hombre levantando una y otra vez el bloque y sentir su peso cuando la piedra cae, rotunda, en el cojín de saco, es un espectáculo que impresiona siempre.
Al igual que en el resto de deportes vinculados al mundo rural, de este tampoco es posible encontrar documentación histórica, aunque es fácil imaginar que se trata de una actividad realmente antigua que procede del trabajo en caseríos y canteras. No es hasta los inicios del siglo XX cuando las piedras toman las plazas públicas como desafío y deporte, es a Victor Zabala "Arteondo", un harrijasotzaile (levantador de piedras) nacido en 1886, a quien corresponde el honor de haber establecido las medidas, formas y pesos de las piedras que actualmente se utilizan. El trozo de roca de forma irregular improvisado hasta entonces se normalizó en cuatro formas geométricas: el cilindro, el cubo, la esfera y el rectángulo. Cada una de ellas requiere de una técnica diferente. De hecho, como dejan claro los entendidos, el levantamiento de piedras es en gran medida una cuestión de técnica, además de fuerza.
Hoy día, más que los desafíos y apuestas, predominan las exhibiciones (habitualmente en verano) y los campeonatos. Los harrijasotzailes no faltan en las fiestas populares de todo Euskadi, hasta el punto de ser uno de los puntos fuertes de los programas festivos.