La Costa Vasca en 12 paradas imprescindibles
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La Costa Vasca en 12 paradas imprescindibles

San Juan de Gaztelugatxe
3 de abril de 2023
San Juan de Gaztelugatxe

Costa Naturaleza Playas

El Euskadi más marinero se descubre siguiendo la línea quebrada que dibuja el Cantábrico por la Costa Vasca.

Un paisaje abrupto de olas galopantes, miradores sobre acantilados desafiando al vértigo, apacibles villas de pescadores que un día vieron partir a navegantes intrépidos, dispuestos a dar la vuelta al mundo… De este a oeste, persiguiendo al sol, proponemos una ruta por algunos de los lugares imprescindibles del litoral de Bizkaia y Gipuzkoa. ¿Nos acompañas? 

 

Autora: La Cosmopolilla

1. Hondarribia

Encanto en la frontera

El río Bidasoa marca la frontera natural entre Hendaya, en el País Vasco francés, quedando Hondarribia en su margen izquierdo. A tan sólo 20 kilómetros de Donostia, la capital de Gipuzkoa, esta pequeña ciudad con unos 17 mil habitantes conserva el encanto de una villa medieval amurallada, especialmente en el Casco Viejo y en Portua, el antiguo barrio de pescadores.

Resulta muy estimulante perderse por las travesías empedradas del centro histórico, repletas de monumentos, templos religiosos, palacios y casonas nobles con balcones de hierro forjado. Destaca en su patrimonio el castillo de Carlos V -hoy parador nacional de turismo- donde se alojó el emperador. El castillo de San Telmo, encargado de  proteger el estuario del Bidasoa del ataque de piratas, junto con un buen puñado de torreones y fuertes. Pero la postal más típica de Hondarribia son las pintorescas casas de colores con balcones de madera adornados de flores, en el barrio de la Marina. Sin duda, una de las imágenes más reconocidas de la Costa Vasca.   

2. Donostia

La perla del Cantábrico

El espíritu de la Belle Époque sigue presente en la ciudad más elegante y con más personalidad del litoral cantábrico. Fue la reina María Cristina quien puso de moda la capital guipuzcoana a finales del siglo XIX. Los edificios emblemáticos de aquella feliz época como el Gran Casino -hoy sede del Ayuntamiento-, el teatro Victoria Eugenia, la estación del funicular o el hotel María Cristina, fueron testigos de la llegada de aquellos primeros turistas a la playa de la Concha.

Hoy Donostia reluce gracias a la fusión de un pasado radiante con una proyección internacional excelente: eventos como el festival de cine, el de Jazz o la Quincena Musical la convierten cada año en un mediático escenario. Ciudad vibrante y amena, presume de una apasionante vida cultural y gastronomía premium para los paladares más exigentes. ¡Qué placer el irse de pintxos por el Casco Viejo de Donostia / San Sebastián!

San Sebastián
San Sebastián

3. Zarautz

Meca del surf

Seguimos avanzando en busca de los rincones más emblemáticos de la Costa Vasca. Aquí toca hablar de dos reinas. La primera de carne y hueso: Isabel II. Monarca que eligió esta villa, antaño puerto ballenero, para disfrutar del estío y del frescor del Cantábrico huyendo de los calores de la meseta. La otra no tiene corona pero sin duda es inmortal:  “La reina de las playas”. Con casi 3 kilómetros, la de Zarautz es la más extensa del País Vasco. Sus olas llevan décadas atrayendo a surferos de todo el mundo, celebrando cada año la competición internacional Pro Zarautz ¡sólo para profesionales!

¿Una recomendación? Caminar por el agradable paseo litoral hasta la vecina Getaria, cuna del primer marinero que dio la vuelta al mundo: Juan Sebastián Elcano.

Zarautz
Zarautz

4. El flysch de Zumaia

Un gran libro de la tierra que despliega sus hojas afiladas y cortantes. O tal vez el arañazo que la pezuña de un gigantesco animal prehistórico asestó contra la pared de roca. El paraje del Flysch de Zumaia ya era fascinante mucho antes de que dragones imaginarios batieran sus alas sobre los acantilados en la serie más famosa de la televisión “Juego de Tronos”.

Declarado geoparque mundial por la UNESCO, este flysch es uno de los sitios más arrebatadores de la Costa Vasca: imprescindible.

El flysch de Zumaia
El flysch de Zumaia

5. Lekeitio y la isla de Garraitz

Arribamos a la costa de Bizkaia. Una deliciosa parada es el animado pueblo pesquero de Lekeitio, asentado en la desembocadura del Lea. Atrapado entre el mar y los montes de Otoio y Lumetza, posee un cuidado casco viejo con palacios y tradicionales tabernas donde saborear un txakoli.

El campanario de la basílica de la Asunción de Santa María marca las horas al compás de las mareas, permitiendo el paso a pie hasta la isla de Garraitz cuando ésta baja. Boscosa y con increíbles vistas a la bahía, antaño fue refugio de piratas y eremitas. 

Lekeitio desde la isla de Garraitz
Lekeitio desde la isla de Garraitz

6. Elantxobe

Un anfiteatro al mar

El rocoso cerro del cabo Ogoño se adentra en el mar formando un puerto natural que aprovecharon los habitantes de Elantxobe.

La cascada de casas con tejados rojizos se apiña en escaleras y cuestas imposibles en una estampa idílica, balcón al Cantábrico. A quien busque un pueblo marinero y auténtico, que marque en su GPS Elantxobe.

Elantxobe
Elantxobe

7. Reserva de la Biosfera de Urdaibai

Es difícil definir la ecléctica belleza que ha creado el río Oka en su camino hasta el mar: marismas repletas de vida silvestre, hogar de águilas pescadoras, el esquivo avetoro o espátulas, entre otras especies de aves autóctonas. Para su estudio y conservación se ha creado el Urdaibai Bird Center, un observatorio en la misma marina a la altura de Gautegiz Arteaga. Pero Urdaibai es mucho más: paisaje modelado por la mano del humano, las actividades tradicionales de la zona se mantienen como ejemplo de sostenibilidad.

Bodegas productoras de vino ecológico, playas vírgenes como la de Laga, pinturas rupestres en las cuevas de Santimamiñe o la villa pesquera de Mundaka son algunas de sus visitas imprescindibles. Sin olvidarnos de Gernika-Lumo, origen de la identidad vasca. 

Mundaka
Mundaka

8. Bermeo

Antigua Cabeza de Bizkaia

La escultura de la bola del mundo instalada en el muelle de Bermeo recuerda a aquellos valientes navegantes que se embarcaron junto al paisano Juan Sebastián Elcano en el viaje más épico jamás contado. Las gaviotas alzan el vuelo entre un mosaico de barcas de colores. Al fondo, la silueta de la torre Ercilla y las cristaleras de los edificios reflejan el sol poniente.

La estampa de Bermeo, capital del Señorío de Bizkaia en el medievo, es pura inspiración. Aquí comienza una singular ruta por una costa escarpada con miradores y peñascos varados en un mar de espuma hasta nuestra siguiente parada: uno de los sitios más míticos de la Costa Vasca.

Puerto de Bermeo
Puerto de Bermeo

9. San Juan de Gaztelugatxe

Un puente de piedra y una torcida escalinata de 241 peldaños conducen hasta la ermita más famosa del litoral Cantábrico. La energía de San Juan de Gaztelugatxe es única. Azotada por los embistes del océano, contra viento y marea, el pequeño templo habitado desde el siglo XII por monjes ha sido reconstruido varias veces tras sufrir incendios y ataques piratas.

La tradición marca pisar la “huella” que dejó San Juan Bautista para atraer la buena suerte y tocar tres veces la campana de la ermita, ahuyentando los malos presagios. Así sea.

San Juan de Gaztelugatxe
San Juan de Gaztelugatxe

10. El flysch de Barrika

No es tan famoso como el de Zumaia pero también hace honor a su nombre: desde el mirador sobre la impresionante playa de Barrika se comprende perfectamente el significado de este término alemán: “terreno que fluye”.

Los estratos marinos apilados en capas emergen de la arena creando un paisaje bizarro, como de otro mundo. Una joya geológica que resulta sorprendente.

Flysch de Barrika
Flysch de Barrika

11. El puente Bizkaia

A 61 metros de altura, uniendo Getxo y Portugalete, se alza el primer puente colgante transbordador construido en el mundo con estructura metálica.

Una obra de ingeniería realizada a finales del XIX al final de la ría de Bilbao, aún hoy en funcionamiento y declarado Patrimonio de la Humanidad. Imperdible.

Puente Bizkaia
Puente Bizkaia

12. Un día en Bilbao

Finalizamos esta ruta por varios enclaves de la Costa Vasca en la moderna capital de Bizkaia. Más allá del renombrado Museo Guggenheim, símbolo del renacer de la ciudad, Bilbo en euskera se disfruta en un itinerario degustando pintxos en las tabernas del Casco Viejo, cuyo centro de gravedad es la plaza Nueva.

Subiendo al funicular del monte Artxanda al atardecer, con las mejores vistas de Bilbao a nuestros pies y un sinfín de planes culturales y gastronómicos en una flamante urbe vital y vanguardista, donde no hay lugar para aburrirse.  


Autora: La Cosmopolilla

Museo Guggenheim Bilbao
Museo Guggenheim Bilbao

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