No se puede hablar sobre la Rioja Alavesa sin mencionar el vino, auténtico símbolo de estas tierras. Decenas de bodegas están repartidas a lo largo de la margen izquierda del río Ebro, hasta la sierra de Toloño. La mayoría de ellas reciben visitantes, a los que explican paso a paso la elaboración del vino, y realizan catas.