Inicio: Bilbao / ApatamonasterioFinal: Minas Errotaberri (Atxondo)
Desde Bilbao, saldremos de la autopista A-8 (o de la N-634) por Durango, cabecera del Duranguesado. Atención a su cruz de Kurutziaga y a su sorprendente Ayuntamiento, con llamativas pinturas murales, de influencia napolitana, que decoran su fachada. Tomando la carretera BI-632, una vez pasado Abadiño, nos encontraremos con Apatamonasterio, donde dejaremos el coche después de visitar Elorrio.
Continuamos hacia delante hasta llegar a esta espectacular localidad, considerada conjunto monumental histórico-artístico. Elorrio vivió su máximo esplendor entre los siglos XVII y XVIII. De aquella época son las muy numerosas casas blasonadas, tan sólidas como elegantes. Si se anima a contar, dicen que en las fachadas de la villa hay 69 escudos en piedra. En las afueras, no deje de visitar la ermita y necrópolis de San Adrián de Argiñeta.
Volveremos hasta Apatamonasterio, uno de los municipios fusionados, junto con Axpe y Arrazola, en el extenso término municipal de Atxondo, en el que nos vamos a adentrar. Recomendamos aparcar el automóvil en Apatamonasterio y recorrer a pie la vía verde de Arrazola. Se trata de un camino, de unos 5 kilómetros de longitud, con pocas pendientes y rodeado de caseríos, bonitos paisajes y el río Arratia, que sigue el antiguo trazado del ferrocarril que llegaba hasta las minas de Errotabarri.
A pie, puede realizarse la ida y vuelta en aproximadamente 2 horas y media. De no poder hacer el paseo, existe una carretera paralela que también lleva hasta la zona de Arrazola y Errotabarri.
El antaño municipio y ahora barrio de Arrazola cuenta con el que posiblemente sea el caserío más antiguo de Bizkaia, el de Ollargan, además de un molino hidráulico del siglo XVIII y la ermita de San Roque. Tras ella, una curva marcará el final de la vía verde de Arrazola, en los restos de los hornos y el poblado minero de las primitivas minas de hierro y cobre, que dejaron de ser rentables en 1946.