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Al abrigo de diversos montes, Artziniega es un lugar tranquilo y acogedor, una villa que ha sabido preservar la herencia del pasado sin perder la modernidad del siglo XX. Esta bella localidad de Álava, está formada por siete núcleos de población, siendo su cabecera la propia villa de Artziniega.
Villa medieval
El carácter medieval de esta localidad nos trasladará a aquella época mientras paseamos por las callejuelas del casco antiguo. Declarado Conjunto Monumental Histórico en 1995, podremos observar sus tres calles paralelas (la de Arriba, la del Medio y la de Abajo), comunicadas entre sí por cantones, y admirar las hermosas construcciones, de diversos estilos, que conforman el rico patrimonio de la villa. Entre estos edificios, destacan la Torre de Artziniega, un bello palacete renacentista con una monumental puerta clasicista, el Convento de las Madres Agustinas y el Ayuntamiento Viejo, del siglo XIX. Fuera del casco histórico, encontraremos el majestuoso Santuario de Nuestra Señora de la Encina, que tiene un magnífico pórtico con cuatro arcos y un retablo mayor de principios del siglo XVI y estilo hispano-flamenco, declarado monumento histórico-artístico.
Tras este viaje por la Edad Media, tenemos la oportunidad de visitar el Museo Etnográfico. Se creó en homenaje al ser humano y ocupa un histórico edificio rehabilitado. El museo está dividido en 17 salas que acogen exposiciones que recrean los modos de vida rural y urbano de los habitantes de la comarca.
El municipio es idóneo para los amantes de la naturaleza y el deporte. No en vano, cuenta con un entorno repleto de caminos y pistas para dar largos paseos a pie, en bicicleta y a caballo. Además, posee una amplia infraestructura deportiva, para poder practicar múltiples actividades.
Fiestas y mercado medieval
Las fiestas patronales se celebran a principios de septiembre en honor a la Virgen de la Encina. La agenda festiva está llena de espectáculos para todos los gustos, tales como conciertos, partidos de pelota y concursos de pintura.
Por otra parte, debemos destacar el Mercado de Antaño, que se celebra cada año el primer domingo de septiembre. El casco antiguo de la localidad sirve de escenario para retroceder en el tiempo y recrear un mercado medieval, donde los habitantes de la villa se visten a la antigua usanza y muestran los trabajos que se realizaban en el siglo XV.