El camino de la costa emprende su séptimo día en el mismo corazón del territorio vizcaíno, Bilbao, ciudad que se ha convertido en uno de los centros metropolitanos de referencia. Una de las principales entradas a la ciudad se realizaba por el Puente del Castillo, actualmente el puente de San Antón. El puente y la iglesia, de estilo gótico y de aspecto cuadrangular, han pasado a ser el símbolo representativo de la ciudad como bien indica el escudo de la villa. Cabe destacar la elegante Catedral de Santiago, de estilo gótico y dedicada a Santiago, patrón de la villa. Deberemos tomar la carretera Basurto-Kastrexana para proseguir con nuestro itinerario. Una vez hayamos llegado a Kastrexana, seguiremos por la carretera Bilbao-Balmaseda, muy cerca del puente del Diablo sobre el río Kadagua, frontera natural entre la capital vizcaína y Barakaldo. El puente nos conducirá hasta Alonsotegi, uno de los municipios más montañosos de Bizkaia. A poca distancia, nos encontraremos con la ermita dedicada a Nuestra Señora de la Guía, cuya capilla data del año 1933. Nuestro próximo punto de referencia lo constituye el barrio La Quadra de Güeñes, que acoge la atractiva y emblemática torre de los Salcedo, antiguo escenario de luchas banderizas. Este enclave destaca, a su vez, por la magnífica iglesia de Santa María. Al tiempo que entramos en Zalla, dejando atrás el barrio de Aranguren, encontramos el bello rincón de San Pedro de Zarikete, situado al pie de la Calzada Medieval. Otros enclaves de gran interés histórico y etnográfico son la ermita de San Pedro Ad Vincula del siglo XVI, la antigua casa de la Beata, el Roble retoño del de Gernika, la plaza con la fuente de los peregrinos y la campa del Santo. Continuaremos hacia Balmaseda en paralelo al curso de Kadagua. Antes de dar por finalizada esta etapa, pasaremos junto a la Torre Terreros, el Palacio Urrutia y la ermita San Antonio de Padua, para entrar en Balmaseda por el barrio de La Magdalena. Balmaseda es la primera villa de Bizkaia; ha sabido conservar su rico patrimonio histórico y artístico a lo largo de los siglos. Destacan sus dos iglesias, la de San Severino y la de San Juan; no obstante, su construcción más representativo es el Puente de Muza, declarado Monumento Nacional. Siguiendo el camino que nos marca la calzada romana nos adentramos en el valle de Mena para continuar por tierras burgalesas hacia Santiago de Compostela.