Arte y Cultura
Patrimonio cultural
La naturaleza en su máxima expresión
El jardín permanecerá cerrado por mantenimiento durante todo el año 2022
En el Jardín Botánico de Santa Catalina, a escasos kilómetros de Vitoria-Gasteiz, la naturaleza más viva se entrelaza con los centenarios vestigios de un monasterio, un palacio y una iglesia, erigidos entre los siglos XIII y XIV. En este pintoresco remanso de paz, el visitante podrá deleitarse con los aromas de todo el planeta, gracias al jardín botánico que acompaña a las ruinas y las encinas carrascas.
El jardín que contiene más de 1.200 especies botánicas, está dividido en tres grandes zonas. En la denominada Umbría, se pueden contemplar especies ligadas al clima atlántico como alisos, abedules, hayas, castaños o robles, entre otros.
En el fondo del valle por otro lado, destacan las especies herbáceas, así como especies propias del medio húmedo (lirios, nenúfares…) y rosáceas (rosas, manzanos, perales, cerezos…). Es precisamente aquí, donde el visitante se podrá adentrar en las ruinas del monasterio de Santa Catalina, construido por los Monjes Agustinos.
En la zona conocida como Solana habitan especies cactáceas, plantas canarias, eucaliptos, mimosas, encinas, algarrobos o endrinos.
Además, los vivaces colores de las plantas, son realzados gracias a las diversas y llamativas tonalidades de las mariposas que habitan en el mariposario del jardín.
Las ruinas en su conjunto, representan un espacio misterioso a la par que fascinante. La robustez de los pozos de piedra caliza, el pasadizo y los vestigios arquitectónicos del palacio, rememoran al viajero las historias de un tiempo pasado.
Parque Estelar
No obstante, no toda la belleza es diurna. Las vistas desde el mirador que posee el espacio son tan imponentes, que el jardín ha sido denominado como el primer ‘parque estelar’ del mundo, acreditado por la Fundación Starlight, creada en el Instituto Físico de Canarias y con el respaldo de la UNESCO, la Organización Mundial del Turismo y la Unión Astronómica Internacional. En el balcón, quien lo visite podrá sentir la sensación de tocar el cielo y conocer el fascinante mundo astronómico.
Cada 10 de agosto además, se celebra la Fiesta de la Luna, donde se podrá disfrutar de un recorrido teatralizado hasta el mirador. En definitiva, un espacio que lejos de verse olvidado por el paso de los siglos, sigue en pie con una vitalidad única, ofreciendo al visitante una profunda contemplación de las divinidades que nos ofrece la naturaleza.
Jardín botánico
Se organizan actividades de diversa índole