Arte y Cultura
Patrimonio cultural
Las cuevas de Santimamiñe están situadas en un paraje incomparable: la orilla derecha de la cuenca de Urdaibai, en las faldas del monte Ereñozar.
Fue la curiosidad de unos muchachos lo que llevó al descubrimiento de las figuras rupestres de Santimamiñe, en 1916. En ellas se pueden ver diversos animales, tales como bisontes, caballos, cabras, ciervos u osos pardos.
Santimamiñe muestra una gran belleza geológica, con un gran número de formaciones de estalagmitas y estalactitas, que en ocasiones se unen completando magníficas columnas a lo largo de todo el recorrido de la cueva. Por otro lado, hay mantos de concreción sobre sus paredes, originando a veces cortinas finas de carbonato cálcico, en algunos casos blanco y en otros rojizo, debido a la carga de óxidos de hierro que llevan las aguas.
Las cuevas se encuentran cerradas al público desde 2006. De todas maneras, se ofrecen recorridos guiados de una hora y media de duración.
Para empezar, los visitantes acceden a la entrada de la gruta, lo que les permite contemplar el yacimiento. También pueden disfrutar del espectacular entorno natural. Después, se dirigen a la ermita de San Mamés, convertida en centro de interpretación. Allí, mediante una sofisticada visita virtual, se puede conocer el interior de la cueva, incluyendo las célebres pinturas rupestres.
Cueva