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Lazkao se encuentra en un fabuloso entorno rural, pero al mismo tiempo bien comunicada. La diversidad y las amplias posibilidades caracterizan este pueblo, que sin duda goza de un encanto especial a los pies de la Sierra de Aralar, en el pequeño valle que forma el río Agauntza.
Este municipio reúne a la mayoría de su población en su núcleo urbano, además de en los pequeños barrios y caseríos. Dentro de su hermoso casco histórico-artístico, Lazkao posee edificios de gran interés. El Palacio de Lazcano, por ejemplo, data del siglo XVII y está rodeado de un amplio jardín. Además, destaca el Convento de los Benedictinos, fundado en 1640 por María Lazkao, así como el Convento de las Monjas Bernardas ubicado frente a él. Todo ello, junto a la hermosa Iglesia Parroquial de San Miguel, de estilo gótico, representa uno de los conjuntos monumentales del siglo XVII mejor conservados de Gipuzkoa.
Espectacular paraje natural
Además, fuera del centro urbano, se hallan las Ermitas de San Prudencio y San Juan Bautista. Por otro lado, en el barrio de Lazkaomendi se encuentra la Ermita de San Juan Ante Portam Latinam (San Juan Txiki), la cual está situada en un entorno privilegiado, desde donde se puede apreciar el esplendor de los montes Txindoki (1.346 m) , Ernio (1.075 m), Murumendi (859 m), Aizkorri (1.528 m) y la Sierra de Aralar. Lazkao celebra sus fiestas patronales de San Prudencio a finales del mes de abril.
Dentro de las numerosos actividades del programa festivo, cabe destacar la prueba ciclista, con más de medio siglo de antigüedad, así como la tamborrada infantil y la procesión del día de San Prudencio, el 28 de abril.