Destinos turísticos
Territorios históricos
Playas de ensueño, villas monumentales, caseríos rodeados de espectaculares montañas y una extensa y variada oferta cultural y gastronómica. Gipuzkoa es un territorio plural en el que cada comarca goza de personalidad propia. Desde el azul del Cantábrico hasta los espacios naturales del interior, pasando por ciudades industriales situadas a escasos kilómetros de comarcas rurales.
Todo ello en un pequeño espacio que se puede recorrer de un extremo a otro en apenas una hora. Y es que Gipuzkoa es el territorio menos extenso en comparación con Araba y Bizkaia, una tierra de contrastes que ha sabido conjugar el arraigo de sus tradiciones, sin dejar de estar en primera línea de la vanguardia tecnológica, empresarial y artística.
Su capital, San Sebastián, está considerada como una de la ciudades más bellas del mundo. La bahía de La Concha, con la isla de Santa Clara en el centro, es sin duda la imagen más conocida de esta ciudad que cautiva a cuantos la visitan.
El mar, la montaña y el río Urumea conviven en perfecta armonía con una arquitectura urbana ordenada, repleta de edificios señoriales y ejemplos de la más moderna arquitectura, como el Palacio Kursaal, escenario de numerosos congresos y acontecimientos culturales de primer orden.
Al igual que en todo el territorio, la gastronomía es otro de los grandes atractivos de la capital donostiarra. Y es que los amantes de la buena mesa tienen en Gipuzkoa una oferta gastronómica difícil de igualar, con todo tipo de sabores, aromas y texturas que se adaptan a todos los paladares: desde restaurantes con estrellas michelín y deliciosos pintxos que adornan las barras de los bares, hasta sociedades gastronómicas, ferias, mercados y sidrerías (que principalmente se concentran en la zona de Astigarraga, Hernani y Usurbil).
Costa guipuzcoana, destino turístico por excelencia
La costa de Gipuzkoa, a lo largo de 86 km, cuenta con innumerables atractivos. En el litoral occidental, las hermosas villas costeras de Zarautz, Getaria y Mutriku constituyen deseados destinos vacacionales para muchos turistas, gracias a sus espléndidas playas, monumentos y atractivos culturales.
Además, la naturaleza nos brinda uno de los paisajes más espectaculares de la costa vasca. Se trata de las curiosas formaciones geológicas de los acantilados que se sitúan entre Deba y Zumaia: el flysch.
En el otro extremo del litoral, hacia el Este, se encuentra la comarca de Bidasoa-Txingudi, cuyo carácter fronterizo ha marcado la vida de sus principales poblaciones: Hondarribia, que tras sus murallas conserva un excepcional casco histórico, e Irun, ciudad de intensa actividad comercial.
Asimismo, Gipuzkoa esconde muchos tesoros en su interior, que se caracteriza por sus verdes valles y montañas, ideales para realizar excursiones a pie, en bicicleta e incluso a caballo. Es en las áreas rurales del interior donde mejor se mantienen las tradiciones culturales y folklóricas vascas, así como el euskera (lengua materna de la mayoría de esta población).
Con la silueta de la sierra de Aralar y con el Txindoki como telón de fondo, las comarcas de Tolosaldea y Goierri nos permiten adentrarnos en localidades que conservan la esencia de la Euskadi rural.
Más hacia el Oeste, los valles de Urola y Deba encierran auténticos tesoros de la Euskadi monumental, tres joyas del románico, barroco y la vanguardia: la ermita de La Antigua en Zumarraga, la basílica de Loiola en Azpeitia y el santuario de Arantzazu a los pies del Parque Natural de Aizkorri-Aratz.