La víspera de Santa Águeda, es un acontecimiento de gran importancia en numerosas localidades de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava.
El 4 de febrero los coros y cuadrillas recorren las calles cantando en honor a la Santa y acompañan sus cánticos con varas y bastones ("makilas") con los que se golpea el suelo rítmicamente.
Esta tradición podría tener su origen en la mitología vasca, siendo el choque de “makilas” una “llamada a la tierra” para que termine de despertar tras el solsticio de invierno. Santa Águeda, virgen y mártir siciliana del siglo III, es la patrona de las mujeres y la fertilidad (por ello recurren a ella muchas futuras madres). Se le atribuyen un sinfín de poderes: evitar incendios y erupciones volcánicas, proteger contra malos espíritus y enfermedades del ganado o potenciar la producción agraria. La tradición vasca le atribuye además la capacidad de curar cefaleas y migrañas.
En cuanto a las romerías que se celebran en su honor, destacan las tres que se realizan en el Santuario de Santa Águeda ubicado en Kastrexana (Barakaldo). La primera el 5 de febrero, otra el domingo anterior y la última el domingo posterior, reuniendo ésta a miles de personas.