Ubicado en la zona templada del Globo, Euskadi goza de una privilegiada situación climática, en la que las estaciones se suceden sin grandes rigores. Este clima templado, junto a la bravura del mar, los pueblos, las montañas y su frondosa vegetación, hacen de Euskadi un país de rincones inesperados.
Una lluvia amable riega un territorio de naturaleza fértil, vertebrado a partir de la prolongación occidental de los Pirineos, auténtica espina dorsal que divide las vertientes cantábrica y mediterránea en dos ámbitos sociales bien diferenciados.
Por un lado, el País Vasco septentrional. Una estrecha franja de tierra drenada por las aguas que desembocan en el mar Cantábrico, litoral que en su parte más oriental ha recibido el nombre de Golfo de Bizkaia. Escenario de la comunicación simbiótica entre sus habitantes y el mar, ha configurado el desarrollo de grandes núcleos humanos y dinámicas actividades urbanas, industriales y comerciales.
Por el otro, el País Vasco meridional, limitado al sur por el río Ebro, al cual confluyen las aguas después de fertilizar un área de grandes espacios abiertos. Se trata de una zona menos urbanizada, más agrícola y con un hábitat concentrado en núcleos de tamaño diverso.
Al amparo de sus tradiciones y derechos, Euskadi se vertebra políticamente en tres Territorios Históricos, Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, que disponen de su propia administración y sus órganos legislativos. Sus respectivas capitales son Vitoria-Gasteiz, capital de la Comunidad Autónoma Vasca, sede del Gobierno y Parlamento autonómicos, y modelo de desarrollo urbanístico; Bilbao, capital industrial y financiera del país, y Donostia San Sebastián, ciudad moderna y elegante, que cuenta con uno de los paisajes naturales más bellos del mundo.
Junto con sus montañas y parques naturales, uno de los grandes atractivos de Euskadi es su litoral, donde los abruptos acantilados se van alternando con las desembocaduras de los ríos, algunas marismas y las playas de fina arena.
La mayoría de las playas vascas están bien dotadas de servicios y ofrecen la posibilidad de practicar numerosos deportes náuticos.
La Costa Vasca y sus playas como las de San Sebastian, Zarautz, Mundaka, Sopela… ofrecen a los amantes del surf olas que pueden alcanzar hasta los 10 metros.
El euskera es una lengua de origen no conocido, ya que no se le conoce parentesco con las familias de lenguas de Europa, ni con la indoeuropea ni con la urálica. Si bien se desconoce la fecha exacta de su origen, la mayoría de los especialistas coinciden en que posiblemente sea la lengua más antigua del continente europeo. Ha adoptado influencias de otras lenguas, como el celta, latín, romance, gascón, castellano, etc., a las que así mismo ha realizado aportaciones muy interesantes. La historia de la lengua vasca, hasta pleno siglo XX, es la historia de una lengua que va perdiendo progresivamente parte de su territorio de sur a norte, por diferentes factores históricos (políticos y económicos, sobre todo). En la actualidad se conserva en los territorios de Gipuzkoa, Bizkaia, Álava y Navarra, además de los territorios del País Vasco en el Estado francés, como son Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa.
La primera obra literaria escrita data del año 1545, si bien las primeras palabras escritas en euskara aparecen por primera vez en las Glosas Emilianenses del siglo X, escritas en romance castellano. Ello se debe a que la literatura y la tradición popular se han transmitido, sobre todo, de forma oral.
La recuperación del euskera se inicia en el siglo XX, en una primera fase con la creación de la primera ikastola (1914), la fundación de la Real Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia (1918), y el posterior movimiento de las ikastolas. También en esta época (1968), es cuando se crean las bases del euskera unificado.
El resurgimiento iniciado en los años 60 se consolida en las décadas de los 80 y 90, cuando el euskera, junto con el castellano, se convierte en una de las dos lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma Vasca, y las instituciones públicas vascas comienzan a adoptar políticas de normalización y de fomento de esta lengua, de tal forma que en estos últimos veinte años el euskera ha experimentado una progresiva incorporación de nuevos hablantes, así como una extensión de su implantación a diferentes ámbitos sociales y culturales: educativo, universitario, administrativo, medios de comunicación, etc., configurando una oferta cada vez más amplia.